Por Arq. Juan Martin Flores
Como empezar estas líneas ya que me es difícil continuar, recuerdo tus primeras palabras… “Mira, si no podes venir temprano, también hay otros talleres de arquitectura en otros horarios”… con esas sutiles palabras conocí a Gabriel, a quien hoy estoy llorando por rincones y en recuerdos que se suceden de forma inesperada y pasan de atrás hacia adelante sin ningún orden y a todo vapor.
Podría decir tranquilamente mi gran MAESTRO en ese 3er año y como a partir de allí se dio una hermosísima historia que como todas las cosas geniales del destino, no las alcanzamos a reconocer cuando están sucediendo, poco a poco, día a día, palabra a palabra, concepto a concepto, trazo a trazo… fueron estas las formas en la cual nos conocimos y vivimos prácticamente una parte de nuestras vidas, del 1998 al 2022, tan solo 24 años tuve la oportunidad de ser parte de tu vida.
Es muy loco pensar que nuestro querido Henry ya también hace tan solo 2 años partió… y ahora me toca volver a escribir los mismos versos pensando en los mismos momentos, aquellos de los que fuimos testigos los 3, en cada lugar, en cada encuentro… esas mañanas y tardes siempre eran el impulso de tantas formas de reconocernos y aceptarnos.
Siempre fuiste de mantener una gran postura, de mentor y compañero, de amigo y socio, de artista y arquitecto. Irónico como pocos, buscador de las causas ideales y las resoluciones justas, en cada dibujo, mirada, todos estos se encontraban presentes, hoy, con todo esto, me envuelve el aroma de las mil anécdotas, los viajes, lo del negro y su caipi, el sushi con vino chileno, los chorizos al horno de Henry, el humus, la cerveza en Moritz, las mil reuniones del estudio, con amigos y tantas otras cosas más…
Aquel chico que llego a conocerte en el 98 hoy te despide dándote las gracias por tanto amor y tanto cariño… la vida hoy nos separa físicamente, pero seguiremos unidos por siempre teniéndote presente en cada momento, con congoja pienso y hablo al aire intentando volverte a pensar en aquella reunión de hace 7 días para tomarnos un café, una reunión que sentí más como una despedida…
Gracias Gabriel fuiste como un padre y un gran maestro para mí. Buen viaje!!! siempre te voy a extrañar y recordar, siempre te llevaremos en lo más profundo de nuestro corazón.
