Los peligros de la sustentabilidad como mera herramienta de marketing

El impacto de la crisis ambiental global es cada vez más visible y en ese contexto el uso elementos o productos sustentables representa una necesidad ineludible, para la que el mercado ofrece una amplia variedad de ofertas al respecto.
Renovables, reciclados, reutilizados o reutilizables, eficientes o ecológicos entre otros conceptos, son parte de las calificaciones de la oferta comercial actual de productos y procesos de construcción, pero que nos garantiza que efectivamente lo sean? Entendemos verdaderamente cómo y dónde utilizarlos para mantener y maximizar sus cualidades?.
La realidad es que muchos de ellos se autocalifican como sustentables, en ocasiones sin ningún tipo de certificación, tergiversando el concepto por puro marketing, transmitiendo un mensaje confuso o engañoso y generando así una percepción errónea del concepto de sustentabilidad.
Por citar un ejemplo, muchos proyectos “sustentables” se basan en la reutilización de descartes industriales. El enfoque es muy válido desde el lado material al disminuir la cantidad de desperdicio, pero puede relativizarse si el producto para su reutilizado se complementa con materiales tóxicos, tal como algunas resinas sintéticas que ofician de aglomerantes.
Otro proceder frecuentemente engañoso se da a partir de la incorporación de elementos vegetales a la construcción. Sabido son los beneficios que pueden aportar como correctores de las condiciones higrotérmicas, pero el simple hecho de forrar una fachada o cubierta de vegetación sin una cuidada selección de elementos y condiciones de emplazamiento, no “convierte” a la misma en sustentable.
De igual modo, el empleo de las energías limpias se encuentra dentro de las estrategias deseables para una arquitectura sostenible, pero la mera disposición de placas solares no representa convertir a la edificación en energéticamente eficiente, solo disminuye el gasto. La acción sostenible es operar sobre todas las variables para disminuir el consumo.
Nos encontramos entonces habitualmente expuestos a publicidad engañosa, que expone algunas marcas comerciales como sostenibles sin serlo en absoluto, y por ello los profesionales y consumidores debemos exigir a los fabricantes los estudios que demuestren las características de los mismos.
Así, uno de los principales obstáculos a la hora de ejercer un consumo responsable es la escasa información y ante esta situación surgen los diferentes sistemas de certificaciones de productos que permiten resaltar sus características, otorgando garantía y credibilidad a los consumidores
Como resultado de lo descripto, han aparecido en el mercado numerosas empresas u organizaciones que certifican la sostenibilidad de productos, sistemas o edificios. Si bien esta práctica pude parecer inicialmente positiva, la falta de una reglamentación y criterios claros está provocando la justificación de condiciones mediante sellos basados en parámetros claramente sesgados y tendenciosos para obtener el resultado deseado.
En nuestro país se utiliza el Etiquetado de Eficiencia Energética que brinda información sobre el consumo de energía de los productos, orientando su calificación hacia los más eficientes. Por el momento solo se aplica a electrodomésticos, (heladeras, freezers, lámparas, equipos de aire acondicionado y lavarropas) y se encuentra fiscalizado por la Secretaría de Energía, siendo el objetivo deseable que en un futuro se orienten como en muchos países también a los inmuebles.
Como conclusión, la recomendación para lograr una verdadera sustentabilidad edilicia, es recurrir a profesionales con incumbencia que orienten el diseño a: la adecuación a las condiciones geográficas, topográficas y climáticas del lugar y su entorno; el aprovechamiento integral de la orientación para el asoleamiento y ventilación natural; reducir el consumo energético utilizando fuentes de energía renovables; optimizar el consumo de agua; ejecutar un adecuado aislamiento térmico; y usar materiales y sistemas constructivos adecuados, reciclables o reutilizables, durables, con bajo mantenimiento y que no contengan productos peligrosos o contaminantes.
Comisión de Sustentabilidad CAPBAUNO