MEMORIA DESCRIPTIVA:
El Pasaje Rodrigo, construido en 1929 en un terreno de dimensiones 20×60 con accesos a dos vías, representa un hito en la historia arquitectónica de la ciudad.
Desarrollado por el empresario español Basilio Rodrigo, este proyecto represento el debut de la primera galería comercial de la localidad.
La estructura se distingue por una notable fusión de materiales europeos, donde se resaltan elementos clásicos y barrocos, mediante la inclusión de delicadas herrerías, escalinatas de mármol y dos impresionantes vitrales franceses que representan a Minerva y Mercurio, divinidades asociadas con la industria y el comercio.
El edificio, erigido sobre una armazón independiente de perfiles metálicos y losas armadas, combinadas con mampostería portante, comprende cuatro niveles: la planta baja, que alberga locales comerciales dispuestos en forma de pasaje, seguida por un nivel de bodegas adyacentes a cada local y las plantas superiores donde se disponen ocho apartamentos de lujo de estilo Art Nouveau.
Con el devenir del tiempo, el epicentro comercial de la ciudad se desplazó hacia otras áreas, provocando el cierre gradual de las galerías. Las residencias en los niveles superiores se reacondicionaron para uso como oficinas, adaptando sus interiores para esta nueva función.
TRABAJO DE REFUNCIONALIZACIÓN
La iniciativa de revalorización patrimonial, se llevó a cabo con un enfoque comercial, centrada en desarrollar una intervención que permitiera la adecuada operatividad del nuevo paseo comercial en la época actual, respetando las bases de un edificio diseñado para una actividad similar un siglo atrás.
Su calle interior cubierta con vitrales y su condición de paseo comercial, son elementos de gran relevancia en la memoria colectiva de la ciudad, por lo que se procuró conservar al máximo estas características a través de una intervención mínima.
Sin alterar su arquitectura original ni su esencia, se adaptó la estructura para brindar los servicios y comodidades que ofrecen los avances tecnológicos.
Tanto las fachadas exteriores e interiores de la planta baja, como los dos vitrales y demás elementos característicos y distintivos del edificio, se conservan en excelente estado.
Sus cuatro niveles ahora albergan establecimientos comerciales y han sido denominados en honor a cuatro árboles emblemáticos que embellecen la ciudad: Tilo, Jacaranda, Plátano y Paraíso.
