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    Género y Derechos Humanos 8M – DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER / ARQUITECTURA = FUTURO DE IGUALES

    Invitamos a la Arq. Gisela Bustamante a compartir sus reflexiones sobre la situación actual de las mujeres en el campo laboral, las conquistas alcanzadas y los caminos y acciones posibles a transitar en búsqueda de la efectiva igualdad de género.

    ARQUITECTURA = FUTURO DE IGUALES

    El 8 de marzo “Día Internacional de la Mujer” es la fecha en que se conmemoran las múltiples batallas llevadas adelante por las mujeres en el mundo para avanzar en la conquista de derechos. Es un día para reflexionar sobre cuánto se ha conseguido a partir de esas luchas, pero también para no olvidar y reafirmar que la tarea debe continuar. Es un momento propicio para pensar, desde la disciplina, en las estrategias para enfrentar las condiciones a las que las mujeres, y en mi caso particular, mujer arquitecta, nos enfrentamos en la vida cotidiana.

    La convocatoria a escribir algunas líneas para compartir en este día y la invitación a reflexionar en conjunto fue muy movilizante. La posibilidad de hacer un recorrido sobre mi propia trayectoria, repensar qué rol desempeñamos dentro del ámbito profesional, tensa el significado y la historia común que todas compartimos al ser arquitectas en estas latitudes y rápidamente nos lleva a repasar qué fue lo que hicimos, supimos hacer, pudimos concretar y el enorme desafío que se nos plantea en el futuro.

    Esta instancia de reflexión colectiva debe llevarnos a considerar qué papel debemos desempeñar, como mujeres y arquitectas en la sociedad. Y descubrir aquellas cuestiones que nos vinculan, que trazan un denominador común y lo que nos distingue a la hora de pensarnos y pensar el futuro.

    Puede entenderse a cada proyecto como una oportunidad y a la profesión como la ocasión de pensar la vida, relacionada con la observación permanente en pos de descubrir las virtudes humanas y urbanas, latentes en cada lugar de la ciudad que habitamos. En cada oportunidad no solo buscamos diseñar arquitectura sino expresar una posición y construir un punto de vista. En cada espacio que pensamos está la búsqueda de conformarlo como un espacio particular, en el que exista la posibilidad de compartir y experimentar vivencias. Es nuestra obligación pensarlos desde una estrategia que permita consolidarlos, trazarlos con fuerte sentido de unidad y carácter de permanencia, en los que ciudad, personas e instituciones se fundan y fortalezcan.

    Frente a toda esta construcción de posibilidades preocupa la escasa representación que tenemos las mujeres en los espacios de poder y decisión. Nos enfrentamos a los llamados “techos de cristal”, esas barreras invisibles (o no tanto) que nos impiden acceder a puestos de responsabilidad. Sabemos que existe una relación culturalmente establecida que impone distancia entre las mujeres y la esfera pública, que la voz que habla de nuestros derechos es constantemente silenciada por hombres, en situación de privilegio, que nos niegan oportunidades.

    Tengo la convicción de que la arquitectura y el urbanismo materializan ideas políticas, sociales, económicas y culturales de una sociedad. Es ideología construida. Lina Bo Bardi representa esta idea y ayuda a entender como posicionarla, diciendo: “La arquitectura y la libertad arquitectónica son ante todo una cuestión social que debe ser vista desde el interior de una estructura política, no desde fuera de ella”.

    Estoy completamente convencida que las miradas femeninas no están igualmente representadas al imaginar, planificar y diseñar el entorno construido. Es imperiosamente necesario equilibrar las fuerzas y cerrar la brecha de la desigualdad de género. El mundo avanza de manera lenta pero segura hacia un futuro más diverso, equitativo e inclusivo.

    Es necesario que todas las instituciones acompañen el proceso de conocer y desocultar a las mujeres que están transformando la arquitectura. Destacar los trabajos que apuntan hacia la igualdad y compartir herramientas que ayuden a construir un mundo más equitativo. Es fundamental que tanto hombres como mujeres nos comprometamos con el proceso y la justicia para hacer que las cosas sucedan.

    Sabemos que el mundo necesita una sociedad igualitaria, libre de violencia machista, en el que las mujeres puedan vivir sin miedo, con igualdad de oportunidades, con los mismos derechos, corresponsabilidad de tareas y cuidados. Es fundamental construir una justicia y una educación sin sesgo de género. Todas las personas merecemos el mismo respeto, igualdad y equidad en el reconocimiento de derechos.

    La educación es el camino y es uno de mis caminos elegidos. Se debe educar cuestionando los patrones socio culturales que generan y reproducen la violencia. Establecer relaciones de igualdad, sin discriminar por razones de género, en contra de la inequidad en el trabajo, en defensa de nuestro derechos ciudadanos, sexuales y reproductivos, en procura del respeto a la diversidad.

    La forma física de las ciudades y los espacios, han contribuido a perpetuar los valores patriarcales. Para el bien común, la participación de las mujeres ha puesto en crisis el paradigma del mundo patriarcal. Con la capacidad que nos es propia, de relacionar contextos, personas y en simultáneo atender a múltiples dimensiones, debemos pensar una arquitectura “más femenina”, entendiendo por femenino una existencia que atienda diversas complejidades y que integre más dimensiones. Debemos pensar la arquitectura más allá de su posibilidad de constituirse como herramienta para la transformación social, debemos pensar  a la arquitectura como una herramienta contra la desigualdad social. Y a las Instituciones como el instrumento para materializarla.

    Vivimos en un país en el que se han conseguido la mayor cantidad de reformas legales, pensadas para la adquisición y ampliación de derechos de toda América Latina. Sabemos que los cambios dependen de la cultura institucionalizada, del momento y del proceso histórico de los sujetos y de las instituciones. Discutir la dominación patriarcal que nos atrasa y atraviesa en los distintos ámbitos de nuestras vidas, es un ejercicio que no podemos abandonar si queremos construir una sociedad más igualitaria.

    En esta fecha es habitual encontrar discursos que buscan visualizar la desigualdad de género y reivindicar la lucha por la igualdad efectiva de los derechos de la mujer. Aunque de nada sirven si se constituyen en una cáscara vacía que solo enumera buenas intenciones, buscando congraciarse con diferentes colectivos, pero no pasando nunca al campo de la acción.

    Hace un tiempo intentamos reglamentar el deseo de muchas/os con respecto a la manera de construir las listas de Jurados y Asesores de Concursos por fuera de las listas de los diferentes espacios políticos y con paridad de género como tema emergente actual y de agenda mundial, que no deberíamos ignorar si creemos que merecemos una institución inclusiva, equitativa y diversa. La propuesta de conformar las listas con equidad de género es una condición necesaria a modo inicial para cambiar los hábitos, generar una nueva cultura institucional y permitir el crecimiento en este campo disciplinar especifico de muchas colegas. La igualdad de Género en la conformación de las listas, es una herramienta fundamental, aunque se constituye como solo la transición en el camino a la concreción deseada, procurando llegar a aquel momento en el que la equidad sea una realidad indiscutida y la elección de los representantes pese sobre su idoneidad y no sobre el género que los identifican.

    Poder concretarlo en un futuro próximo sería un gran logro y podríamos pensar que comenzamos a gestar un cambio definitivo de paradigmas en la historia de nuestra vida colegial y de esa manera avanzar acompañando los nuevos tiempos.

    Es mi deseo que encontremos todas y todos juntos un lugar para compartir ideas, adquirir habilidades, compartir proyectos y mostrar solidaridad. Sobre todo, un lugar donde nos ayudemos a encontrar la mejor versión de nosotras y nosotros mismos y fundamentalmente donde podamos expresarnos con libertad y dar voz a nuestros sueños y el de las nuevas generaciones y que esta nueva conmemoración del 8 M no quede solo en la lista de las buenas intenciones.

    Gisela Bustamante – Arquitecta

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